En la última Asamblea de la OMS del pasado 25 de mayo de 2019, los expertos han incluido el síndrome del ‘burn out‘ o trabajador quemado en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas de Salud Conexos (CIE-11) -código QD85-, un listado que incluye todos los trastornos, enfermedades y afecciones que influyen en la salud de las personas y que entrará en vigor el 1 de enero de 2022.
«Estar quemado» se definiría como un estado de agotamiento y fatiga constantes que provoca falta de eficacia y bajo rendimiento en el ámbito laboral exclusivamente. Los síntomas son sentimiento de agotamiento extremo y una disminución del rendimiento laboral, aunque tarda en manifestarse, según los expertos, entre 5 y 8 años y durante este tiempo puede asociarse a dolencias como dolor de cabeza, molestias musculares o gastrointestinales, trastornos menstruales, ansiedad e incluso depresión.
Los sectores más afectados son aquellos de atención al público y que están comprometidos con su trabajo. Según los expertos puede llegar a afectar al 10% de los trabajadores y en sus efectos más graves, entre el 2 y 5%. La realidad es que este síndrome provoca la salida o el cambio de empleo a corto o medio plazo de aquellos que lo sufren.